El Bhagavad-Gita

-o “El Canto de Dios”-[1]

 

 Aquellos que se esfuerzan por el bien en este mundo, son recom­pensados, por la misma ley del karma… Pero la meta de todo es entender que no somos este cuerpo material y que podemos volver al mundo espiritual cuando descubramos nuestra eterna relación con el Señor. La dulce voluntad de Dios está por encima de todos, por encima de las leyes de este mundo, las cuales fueron creadas por Él. También está por encima de la vida y de la muerte, que son tan sólo parte de la rectificación para las almas descarriadas.

 

Queremos y debemos evitar la violencia de acuerdo con los códigos de Dios, pero las enseñanzas védicas dicen que en ciertos momentos es nece­sario aplicarla. Según los mandatos védicos, hay siete clases de agresores que pueden ser muertos de inmediato sin incurrir en ningún pecado al hacerlo, (cosa con la que no concuerdo; no hay que matar a nadie… pero uno puede cuidarse de cierto tipo de personas):

 

 

1- El que da veneno, (no solo empírico, sino también del proveniente de habladurías malintencionadas)

 

 

2- El que incendia la casa, (o también aquellos que buscan destruir tu hogar, tu familia)

 

 

3- El que ataca con armas mortales, (inclusive la indeferencia, la calumnia, da desidia, etc.)

 

4- El que roba las riquezas, (materiales o del alma ajena)  

 

5- El que ocupa la tierra de otro, (o roba méritos ajenos)

 

6- El que rapta a la esposa, (o quiere anularla del       resto de la familia)

 

7- Otros ofensores de la dignidad humana.

 

Quien se refugia en el Señor Supremo no tiene nada que temer, ni aun en medio de la mayor calamidad.

 

El servidor siempre está dispuesto a prestar algún servicio al Señor y,de la misma manera, el Señor siempre está buscando una oportunidad para rendir algún servicio a Su devoto.  

 

EL CUERPO NO DEBE SER CAUSA DE LAMENTACIÓN, LO IMPORTANTE ES EL ALMA.

 

Aquello que penetra todo el cuerpo es indestructible. Nadie puede destruir el alma imperecedera

Nunca hay nacimiento ni muerte para el alma. Ni habiendo sido una vez, deja de ser jamás. El alma es innaciente, eterna, siempre existente, inmortal y primordial. No se le mata cuando se mata al cuerpo. 

 

Esta alma individual es irrompible e insoluble y no se le puede quemar ni secar. Es sempiterna, omnipenetrante, inmutable, inmóvil y eternamente la misma.

No existe para ti una ocupación mejor que la de luchar en base a los principios religiosos, así que no hay necesidad de titubear.

 

La gente hablará siempre de tu infamia, y para quien ha recibido honores, el deshonor es peor que la muerte.

 

No te desanimes; aun el más pequeño paso hacia la perfec­ción no es olvidado por Dios. Sin embargo, haz lo posible para alcanzar la perfección completa en esta misma vida.

 

Cuando tu inteligencia haya salido del espeso bosque de la ilusión, te volverás indiferente a todo lo que se ha oído y a todo lo que está por oírse.

 

Aquel que no se perturba a pesar de las tres miserias, ni se alboroza cuando hay felicidad, y quien está libre de todo apego, temor e ira, es llamado sabio de mente estable.

 

Las tres miserias que sufrimos los humanos son:

 

1) Las miserias causadas por nuestro propio cuerpo y mente.

2) Las miserias causadas por otros seres vivientes como insectos, ladrones, enemigos, etc.

3) Las miserias causadas por los distintos fenómenos de la naturaleza como terremotos, sequías, frío, calor, etc.

 

Aquel que no tiene apego, quien no se regocija cuando obtiene el bien, ni se enfada cuando obtiene el mal, se encuentra firmemente situado en el conocimiento perfecto.

 

Al contemplar los objetos de los sentidos, una persona desarrolla apego por ellos y de este apego nace la lujuria, y de la lujuria surge la ira.

De la ira surge la ilusión y de la ilusión la confusión de la memoria. Cuando la memoria se confunde, se pierde la inteligencia, y cuando la inteligencia se pierde, el hombre cae de nuevo al charco material.

 

Los principios regulativos de la libertad son los principios de vida de los bhakti – yoguis. Ellos se levantan temprano y meditan en el Santo Nombre de Dios.  Todos los días estudian una o dos horas las escrituras, tales como el Bhagavad–gita, y sólo comen preparaciones vegetarianas ofreci­das a Dios.

 

Además siguen otros principios tales como no intoxicarse con ninguna droga ni cigarrillos, té ni café, etc.; no tener vida sexual más que en el matrimonio y con el único fin de procrear, y no participar en juegos de azar.  Estos son los principios regulativos de la libertad, ya que nos liberan de la esclavitud de la drogadicción, de la crueldad, del adulterio y del engaño.

 

Solamente puede alcanzar la paz verdadera una persona desprovista del ego falso.

 

Hay dos clases de hombres que comprenden el Yo. Algunos se inclinan a comprenderlo mediante la especulación filosófica empírica, y otros se inclinan a conocerlo mediante el trabajo devocional.

 

Ejecuta tu deber prescrito, pues la acción es mejor que la inacción. Sin el trabajo, un hombre ni siquiera puede mantener su cuerpo físico.

 

Ejecuta tus deberes prescritos para la satisfacción de Dios y de esa forma, siempre permanecerás desapegado y libre del cautiverio.

 

Dios viene a este mundo desde Su morada eterna. Todo lo que el Señor hace es bueno y es para el bien de todos.

 

Los hombres de este mundo desean el éxito en las actividades fruitivas y por lo tanto adoran a los semidioses.  Por supuesto, los hombres obtienen prontamente los resultados del trabajo fruitivo en este mundo.

Yo no envidio a nadie ni Me parcializo por nadie. Soy igual para con todos, pero aquel que Me rinde servicio con devoción, es Mi amigo, está en Mí y Yo también soy un amigo para él.

 

Dios creó cuatro divisiones en la sociedad humana, conforme a las:

 

Tres Modalidades De La Naturaleza Material:

 

  1. La Modalidad de la Bondad lo condiciona a uno a la felicidad
  2. La Modalidadde la pasión lo condiciona a los frutos de la acción
  3. La Modalidadde la ignorancia lo condiciona a la locura.

 

Algunas veces la modalidad de la pasión se vuelve prominente venciendo a la modalidad de la bondad. Y algunas veces la modalidad de la bondad vence a la de la pasión, y también en otras ocasiones la modalidad de la ignorancia derrota a la bondad y a la pasión. En esta forma, siempre hay una competencia por la supremacía.

Las manifestaciones de la modalidad de la bondad pueden experimentarse cuando todas las puertas del cuerpo son iluminadas por el conoci­miento.

Cuando hay un aumento en la modalidad de la pasión, se desarrollan los síntomas de gran apego, deseo incontrolable, anhelo y esfuerzo intenso.

Cuando hay un aumento en la modalidad de la ignorancia, se manifiestan la locura, la ilusión, la inactividad y la oscuridad.

 

EL DESTINO DESPUÉS DE LA MUERTE: EN BONDAD, PASIÓN O IGNORANCIA

 

Cuando uno muere en la modalidad de la bondad, alcanza los planetas puros superiores.

Cuando uno muere en la modalidad de la pasión, nace entre aquellos que se ocupan en actividades fruitivas[2]; y cuando muere en la modalidad de la ignorancia, nace en el reino animal.

 

De la modalidad de la bondad se desarrolla el conocimiento verda­dero; de la modalidad de la pasión se desarrolla la angustia; y de la modalidad de la ignorancia se desarrollan la necedad, la locura y la ilusión.

 

Cuando veas que en todas las actividades no hay nada más allá de estas modalidades de la naturaleza, y que el Señor Supremo es trascendental a todas esas modalidades, entonces podrás conocer la naturaleza espiritual de Dios.

Cuando el ser corporificado es capaz de trascender estas tres modalidades, puede liberarse del nacimiento, la muerte, la vejez y sus angustias, y puede disfrutar de néctar aun en esta vida.

 

Aquel que no odia la iluminación, el apego ni la ilusión cuando están presentes, ni los añora cuando desaparecen; quien está situado como indiferente, estando más allá de estas reacciones mate­riales de las modalidades de la naturaleza, quien permanece firme sabiendo que sólo las modalidades están activas; quien considera iguales el placer y el dolor, y que ve con visión igual a un terrón, una piedra y un pedazo de oro; quien es sabio y opina que la alabanza y el reproche son lo mismo; quien es inmutable en el honor y en el deshonor, quien trata igual a los amigos y a los enemigos; quien ha abandonado todos los compromisos fruitivos, tal hombre se dice que ha transcendido las modalidades de la naturaleza.

 

Aquel que está libre de la ilusión, del falso prestigio y la asociación falsa; quien comprende lo eterno, y se ha alejado de la lujuria material, de la dualidad existente entre la felicidad y la pena, solo él sabe cómo alcanzar el reino eterno.

 

Yo estoy situado en el corazón de todos, y de Mí vienen la memoria, el conocimiento y el olvido.

 

Hay dos clases de seres: los falibles y los infalibles… aparte de éstas dos, existe la personalidad viviente más grande, el Señor Mismo, quien ha entrado en estos mundos y los mantiene.

 

Las cualidades transcendentales que solo pertenecen a los hombres piadosos dotados con la naturaleza divina, son: La ausencia del temor, la purificación de la existencia propia, el cultivo del conocimiento espiritual, la caridad, el autocontrol, la ejecución de sacrificios, el estudio de los libros sagrados, la austeridad y la sencillez, la no violencia, la veracidad, el estar libre de la ira, la renunciación, la tranquilidad, la aversión a buscar defectos en los demás, la compasión y la ausencia de codicia, la mansedum­bre, la modestia y la firme determinación, el vigor, la indulgencia, la fortaleza, la limpieza, la carencia de envidia y pasión por el honor.  

Las cualidades que pertenecen a aquellos de naturaleza demo­níaca, son: arrogancia, orgullo, ira, engreimiento, aspereza o ignorancia.

Por otra parte, las cualidades transcendentales conducen a la liberación, mientras que las cualidades demoníacas conducen al cautiverio. No te preocupes, hijo pues tú naciste con cualidades divinas.

En este mundo hay dos tipos de seres creados. A uno se le llama divino y al otro demoníaco. Ya te he explicado ampliamente las cualidades divinas. Ahora oye de Mí acerca de las demoníacas.

Aquellos que son demoníacos no saben lo que se debe hacer y lo que no se debe hacer. Ni limpieza, ni comportamiento correcto, ni verdad se encuentra en ellos.

Ellos dicen que este mundo es irreal, que no hay ningún fundamento y que no hay ningún Creador controlando. Este se produce del deseo sexual y no tiene ninguna otra causa que la lujuria.

Los seres demoníacos, están totalmente perdidos y no tienen inteligencia, se ocupan en realizar obras perjudicia­les y horribles, destinadas a destruir el mundo, -entendido por este, todo aquellos que lo rodea, familiares, amigos, empresas que emprende, etc.-.  Ellos, refugiándose en la lujuria, el orgullo y el falso prestigio insaciable, se ilusionan y entre­gan a trabajos sucios, atraídos por los placeres caducos, lo que no es permanente.

  Ellos creen que gratificar los sentidos hasta el final de la vida es la primera necesidad de la civilización humana. De esa manera no existe fin para su ansiedad. Estando atados por cientos y miles de deseos, por la lujuria y la ira, ellos acumulan dinero por medios ilegales para la complacencia de los sentidos.

 

La persona demoníaca piensa: "Hoy yo tengo tanta riqueza y ganaré más de acuerdo a mis artimañas. Tanto es mío ahora, e incrementará más y más en el futuro. Él es mi enemigo y quiero destruirlo. Yo soy el señor de todo, soy el disfrutador, soy perfecto, poderoso y feliz. Soy el hombre más rico rodeado de parientes aristócratas. No hay nadie tan poderoso y feliz como yo. Ejecutaré sacrifi­cios, daré alguna caridad a los pobres y así me regocijaré". De esta forma, tales personas están alucinadas por la ignorancia.

Confundido así por diversas ansiedades y atado así a una red de ilusiones, uno se apega demasiado al disfrute de los sentidos y cae al infierno.

Engreídos y siempre impudentes, alucinados por la riqueza y el prestigio falso, ellos, algunas veces ejecutan sacrificios únicamente de nombre, sin seguir ninguna regla ni regulación.

Confundido por el ego falso, la fuerza, el orgullo, la lujuria y la ira, el demonio se torna envidioso de la Suprema Personalidad de Dios, quien Se encuentra situado en Su propio cuerpo y en los cuerpos de los demás, y blasfema contra la religión verdadera.

A aquellos que son envidiosos y malévolos, los cuales son los más bajos entre los hombres, Yo los arrojo en el océano de la existencia material dentro de varias especies demoníacas de vida.

Logrando nacimiento repetido entre las especies de vida demoníaca, tales personas nunca pueden acercarse a Mí. Gradualmente caen hasta el más abominable tipo de existencia.

 

Hay tres puertas que conducen a este infierno: la lujuria, la ira y la codicia. Todo hombre cuerdo debe abandonarlas, pues conducen a la degradación del alma.

El hombre que se libera de estas tres puertas del infierno, ejecuta actos conducentes a la autorrealización, y así, alcanza gradualmente el destino supremo.

Pero aquel que hace a un lado los mandatos de las escrituras y actúa de acuerdo con sus propios caprichos, no alcanza ni la perfección, ni la felicidad, ni el destino supremo.

 

EN LOS HUMANOS SE LLEGA A LA FE, POR TRES CAMINOS:

 

La Bondad

La Pasión 

La Ignorancia

 

Se dice que el ser viviente es de una Fe particular acorde a las modalidades de vida que adquirió.

 

Los hombres en la modalidad de la bondad siguen el camino trazado por diversos seres de luz. A su vez, quienes optaron por la modalidad de la pasión, adoran –aun sin saberlo- a los demonios. Por último, quienes viven según la modalidad de la ignorancia, sirven a fantasmas y a espíritus errantes.  

 

Quienes se someten a austeridades y penitencias severas que no están recomendadas en las escrituras y las realizan a causa del orgullo, el egoís­mo, la lujuria y el apego,-haciendo a conciencia un no cuidado de su cuerpo, de su salud, autoflagelación, el cilicio, etc.-, son guiados por la pasión extrema y atormentan tanto sus órganos vitales como su alma, han de ser conocidos como demonios.

 

Aun la comida que todos consumen es de tres clases de acuerdo a las tres modalidades de la naturaleza material.

 

Los alimentos en la modalidad de la bondad incrementan la dura­ción de la vida, purifican la existencia propia y dan fuerza, salud, felicidad y satisfacción. Tales alimentos nutritivos son dulces, jugosos, deliciosos y en exceso engordan.

Los alimentos que son demasiado amargos, demasiado agrios, salados, picantes o secos, gustan a la gente en la modalidad de la pasión. Tales alimentos en exceso causan dolor, angustia y enfermedad. 

Los alimentos en mal estado, que son desabridos, rancios, podridos, descompuestos e inmundos, hacen mal al cuerpo y al alma, guían a las personas a la modalidad de la ignorancia.  Como así también la falta de higiene en algunos comensales o en aquellos que manipulan alimentos.  

 

El Sacrificio En Cada Una De Las Tres Modalidades

 

Los sacrificios que se realizan sin esperar recompensa, son de la naturaleza de la bondad.

Mientras que el sacrificio que se ejecuta deseando disfrutar el resultado, o buscando beneficio material, o también ostentosamente, e incluso vani­dosamente, es de la naturaleza de la pasión.

Por último, quien se sacrifica despechadamente, haciendo caso omiso a las escrituras, carente de fe, es movido solo por de la naturaleza de la ignorancia.

 

LA AUSTERIDAD EN CADA UNA DE LAS TRES MODALIDADES

 

La austeridad del cuerpo consiste en esto: La adoración al Señor Supremo y a los seres de luz y el respeto a los padres. La limpieza, la sencillez, el celibato y la no violencia también son austeridades del cuerpo.

La austeridad del alma consiste en hablar veraz y beneficiosamente, evitando utilizar un lenguaje ofensivo. También se debe orar regularmente.

Por su lado, serenidad, sencillez, gravedad, autocontrol y pureza de pensamiento, son las austeridades de la mente.

 

Esta austeridad triple, practicada por hombres y mujeres solo tiene por finalidad complacer al Supremo, puesto que pertenece a la naturaleza de la bondad.

A todo esto, penitencias y austeridades ostentosas ejecutadas solo con el fin de ganar respeto, honor y reverencia, corresponden a la modalidad de la pasión. Y no son ni estables, ni permanentes.

Esas penitencias y austeridades hechas neciamente ya sea mediante la autotortura, o destruyendo o perjudicando a otros, son aberraciones de la modalidad de la ignorancia.

 

 

LA CARIDAD EN CADA UNA DE LAS TRES MODALIDADES

 

Solo la dádiva que se da como deber, en el tiempo y lugar apropiados a una persona digna, y sin esperanza de recompensa, están en la modalidad de la bondad.

Mientras que la caridad que se ejecuta con esperanza de alguna recompensa, o con el deseo de resultados fruitivos, o de mala gana, está en la modalidad de la pasión.

Y la caridad que se ejecuta en un lugar y tiempo inapropiados, y que se da a personas indignas; sin respeto y con desprecio, es caridad en la modalidad de la ignorancia. 

Desde el principio de la creación, las tres sílabas -om tat sat- han sido usadas para indicar la Suprema Verdad Absoluta.  El propósito de tales actividades transcendentales es liberarse del enredo material. 

 

Las obras de sacrificio, caridad y penitencia no deben abandonarse, sino que deben ejecutarse. De hecho, los sacrificios, la caridad y la peniten­cia purifican incluso a las grandes almas.  Todas estas actividades se deben realizar sin ninguna esperanza por el resultado.

 

 

Al accionar, uno posee tres caminos posibles: lo deseable, lo indeseable y lo mixto.

 

LOS CINCO ELEMENTOS O FACTORES DE LA ACCIÓN

 

Existen cinco factores que ocasionan el cumplimiento de toda acción:

 

  1. El lugar de la acción: un aquí y ahora como marco condicionante de una situación determinada.
  2. El ejecutante: aquella persona que debe llevar a cabo determinada acción.
  3. Los sentidos: todo lo que percibimos con el oído, olfato, gusto, tacto, vista y la intuición –o sexto sentido-, son condicionantes básicos a tener en cuenta.     
  4. El esfuerzo: no solo debe ser humano, puesto que nuestras energías son limitadas, sino, más bien, debemos pedirle fuerzas a la energía divina de nuestro Padre Creador; por la vía en que nos conectemos con él, (oración, meditación, yoga, etc.)
  5. El Alma: Entendiendo por esta, la común unión en total estado de pureza del alma que cada ser viviente posee, con la Luz Divina, que es el Alma Vital, de toda la creación.

 

Por lo que, cualquier acción -acertada o inapropiada-, que un hombre ejecute con el cuerpo, la mente o el habla, es causada por estos cinco factores.

Por lo tanto, quien se crea el único con poder de decidir algo, sin considerar los cinco factores arriba nombrados, No actúa con sabiduría, pierde la óptica real de las cosas y no puede ver la realidad tal cual es.

 

Existen Tres Tipos De Conocimiento:

 

Los Tres Factores que motivan la acción son: El conocimiento, el objeto del conocimiento y el conocedor.  Y a su vez, los sentidos, el trabajo y el ejecutor, constituyen la base triple de la acción.

 

De conformidad con las tres modalidades de la naturaleza material, hay tres clases de conocimiento, acción y ejecutantes de la acción.

 

EL CONOCIMIENTO EN CADA UNA DE LAS TRES MODALIDADES

 

Ese conocimiento mediante el cual se ve una sola naturaleza espiritual indivisa en todas las existencias, indivisa dentro de lo dividido, es conoci­miento en la modalidad de la bondad.

Ese conocimiento por medio del cual se ven diferentes tipos de entidades vivientes morando en diferentes cuerpos, es conocimiento en la modalidad de la pasión.

 

Y se dice que ese conocimiento por el cual uno se apega a una clase de trabajo como si lo fuera todo, sin conocimiento de la verdad, y el cual es muy limitado, está en la modalidad de la oscuridad.

 

EL TRABAJO EN CADA UNA DE LAS TRES MODALIDADES

 

Toda acción realizada desde la modalidad de la bondad debe realizarse sin apego, sin amor ni odio, y sin el deseo de obtener resultados fruitivos, banales.

Pero la acción realizada desde la modalidad de la pasión es ejecutada con gran esfuerzo solo con el fin de gratificar los deseos del ego, distorsionando el objetivo vital, pues aquí se ejecuta por un sentido de ego falso.

Ytoda acción realizada desde la modalidad de la ignorancia es ejecutada en la ignorancia y la ilusión, sin considerar ni las consecuencias ni el sometimiento futuros, lo que produce daño y es impráctica.

 

LOS TRABAJADORES EN CADA UNA DE LAS TRES MODALIDADES

 

Quien trabaja en la modalidad de la bondad, está libre de todo apego material y ego falso. Más aun, es entusiasta, resuelto, y le es indiferente el éxito o al fracaso, per se.

Pero Quien trabaja en la modalidad de la pasión, está apegado a los frutos de su labor –dinero, fama, poder, etc.- y quiere disfrutarlos apasionadamente. Por lo que al ser codicioso, envidioso e impuro, su accionar es movido por tanto por la felicidad como por la aflicción.

Quien trabaja en la modalidad de la ignorancia, es aquel que siempre está ocupado en el trabajo, - no descansa ni le da tiempo as su flia., en contra de los mandatos de las escrituras-.  Es materialista, obstinado, embustero y experto en insultar a los demás. Es perezoso y siempre está de malhumor.

 

LA COMPRENSIÓN EN CADA UNA DE LAS TRES MODALIDADES

 

Quien busca la comprensión según la modalidad de la bondad, busca lo que debe hacerse y tiene claro qué es lo que no debe hacerse, sabe a qué temer y a qué no temer, qué es lo que ata y qué es lo que libera.             

Quien busca la comprensión según la modalidad de la pasión posee una comprensión imperfecta, pues tienen bloqueado su discernimiento y no puede distinguir entre la forma de vida religiosa y la irreligiosa, entre la acción que debe ejecutarse y la que no debe ejecutarse.

Quien busca la comprensión según la modalidad de la ignorancia, tiene los valores cambiados, y considera que la irreligión es religión y que la religión es irreligión, que está bajo el hechizo de la ilusión y la oscuridad, y que siempre se esfuerza en la dirección errónea.

 

LA DETERMINACIÓN EN CADA UNA DE LAS TRES MODALIDADES

 

Quien desde la modalidad de la bondad busca poseer una determinación inquebrantable en su vida, debe sostenerse con constancia y mediante la práctica del yoga, ya que con esta arte se controla la mente, la vida y los actos de los sentidos.

A su vez, quien busca ser determinado, desde la naturaleza de la pasión, se aferra a resultados intensos a nivel religioso, o al desarrollo económico y a la complacencia de los sentidos.

Mientras que desde la modalidad de la ignorancia una determinación NO va más allá de los sueños, del campo onírico, del temor, de la lamentación, del mal humor y de la ilusión, pues tal determinación es carente de inteligencia.

 

LA FELICIDAD EN CADA UNA DE LAS TRES MODALIDADES

 

Existen tres tipos distintos de felicidad que el alma condicionada disfruta, mediante las cuales puede llegarse a la terminación de toda aflicción:

La felicidad en la modalidad de la bondad es aquello que al principio quizás suena a veneno, pero que al final es como néctar, lo guía a uno a la autorrealización.

Es de la naturaleza de la pasión aquella felicidad que derivada de los sentidos, y que al principio parece néctar, pero que al final es como veneno.

La felicidad proveniente de la naturaleza de la ignorancia, ciega la autorrealización, es alucinación de principio a fin, surge del sueño irrealizable, de la pereza y quien la sigue es iluso.

 

LA ESENCIA DEL BHAGAVAD-GITA

 

Piensa siempre en Mí y conviértete en Mi devoto. Adórame y ofréceme reverencias. Así, sin duda, vendrás a Mí. Yo te prometo esto porque tú eres Mi muy querido amigo.

Tan sólo entrégate a Mí. Yo te liberaré de toda reacción pecaminosa. No temas.

 

LA CONCLUSIÓN DEL GITA

 

Este conocimiento puede explicárseles a los devotos.  No hay ningún sirviente más querido que él en este mundo, escucha con fe y sin envidia, se libera de la reacción pecaminosa y alcanza los planetas donde moran los piadosos.

 

 

 



[1]El Bhagavad – Gita, resume la esencia de la sabiduría Védica, es parte del Mahabharata.

[2]Pasión extrema.