“El Monumento a Trejo” (Crónica Histórica)

 

          A todo aquel que visita el rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba, le llama la atención la imponente estatua que se alza en medio del patio del edificio jesuítico; hasta es común escuchar, a alguno que pregunta: ¿Che, y ese quién es? Ignorando todo sobre el Fray Fernando de Trejo y Sanabria, Obispo de Santiago del Estero, quien allá por el año 1613 donó todos sus bienes para que el Colegio Máximo continuara con los estudios superiores en Córdoba.  El Obispo Trejo murió al poco tiempo, y no pudo ver su sueño realizado.  

 

Tuvieron que pasar 290 años para que la Universidad, Córdoba y el Estudiantado le rindieran un homenaje que lo inmortalizara en La Docta: la creación de una estatua en su honor.  

El 5 de abril de 1900, siendo rector de la Universidad el Dr. José A. Ortiz y Herrera, el Consejo Superior acordó la creación de un bronce para el padre de la universidad.  Para semejante empresa, se pidió ayuda al gobierno provincial, como así también se organizaron eventos sociales de los más diversos tipos, dedicados al público en general, en los cuales participaron artistas locales entre los que se destaca Leopoldo Lugones, quien maravillo a la audiencia con el recitado de diversos poemas.

La estatua se realizó en Buenos Aires, y su construcción estuvo a cargo del escultor Víctor de Pol, quien era constantemente visitado por los cordobeses que ansiosamente querían ver el progreso de la obra.

Pasaron varios años para que el monumento quede terminado, y en los primeros días de diciembre de 1903, se llevaron a cabo varias actividades alusivas al festejo.  El 4 de diciembre, el Consejo Deliberante recibió un proyecto de manos del Dr. Arturo M. Bas, en el que se proponía el cambio de nombres a dos calles, 1º, a la que por aquel entonces  San Luis, por el de Duarte y Quirós, y 2º, a la calle de la Universidad, por Obispo Trejo.

Al día Siguiente, Córdoba se llenó de personalidades de todo el país y el mundo.  Gobernadores, ministros, obispos, y diplomáticos de diversos países, como México, Brasil y Uruguay; se reunieron a las 5 de la tarde de aquel sábado 5 de diciembre, en el cabildo junto al gobernador José Manuel Alvarez, y luego fueron a una fiesta en el, por entonces, Teatro Rivera Indarte, (hoy San Martín).

Los actos del 8 de diciembre, se realizaron en  el  patio de “La Casa de Trejo”.  A la mañana se llevó a cavo  un tedeum, presidido por el arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Espinosa. Llegada las 17 hs. se destapó la estatua del Obispo Trejo.  Acto seguido, el rector de la Alta Casa de Estudios y el Gobernador de Córdoba, fueron algunos de los que dijeron unas palabras alusivas al tan esperado momento.  Después, por las calles céntricas, desfilaron las tropas de la guarnición, al son de diversas marchas militares que interpretaba la banda.

Luego, la jornada terminó con una multitudinaria Colación de Grados, en el salón principal del rectorado, en donde pronunciaron discursos algunas de las autoridades presentes, entre las que se destacaba el ministro del interior, Joaquín V. González.(*)

Esta fue la historia de cómo un pueblo rindió homenaje al padre de la universidad, Fray Fernando de Trejo y Sanabria, obispo de Santiago del Estero, quién sería conocido por las generaciones futuras simplemente como el “Obispo Trejo”.                    

 

FIN

 

 

                                            E. Ariel Rodríguez G.

 

 

(*) Fuente Bibliográfica:

 

 - Revista “Tiempo de Ayer y de Hoy”, del diario “Los Principios” en su 75 º Aniversario, Córdoba 1969, páginas 34 y 35